Estreno 17 de Abril del 2013
Teatro Lola Membrives
El nacimiento de un sueño
El proyecto de hacer un musical de la historia de Camila O’Gorman permaneció en el alma y en la mente de Fabián Núñez durante muchos años antes de convertirse en una realidad. "Con mucho esfuerzo, en 2007, en el Borges, hicimos una presentación de la obra con un grupo de actores amigos. En ese momento, armamos una especie de workshop al cual se acercó Sabrina [Romay, actual productora de la obra]... Ella quedó muy enamorada de la obra y me dijo: «En algún momento, yo la voy a hacer como tenemos que hacerla». En esos años que siguieron, seguimos hablando, pero las circunstancias del teatro y del país fueron cambiando. A veces se hace muy difícil el género porque es muy costoso. De alguna manera, yo, pensando en algo más realizable (porque había pensando originalmente en un gran ensamble, coreografías, etcétera), cambié un poco el concepto. Pero no sólo por la posibilidad de hacerlo realizable sino para ir hacia algo más teatralizado. Surgió esta idea y empecé a trabajar, primero junto con Gerardo Gardelín [hoy, a cargo de la dirección musical y los arreglos]. Estuvimos esperando desde hace uno o dos años para tener un teatro. Este año se dio justo esta posibilidad del Lola y acá estamos", relata el director.
Basta con escucharlo hablar para darse cuenta de que ésta, su primera obra, tiene mucho de personal. "Cuando me encontré con la historia me dio como una sensación de impotencia: ¿cómo puede ser que los hayan condenado sólo por amar fuera de las convenciones sociales que les imponia la época?" Conmovido por la historia real, en el proceso de crear el musical, lo primero que decidió Núñez fue "ir a las fuentes": investigar profundamente a los personajes y la coyuntura de la época para luego hacer de esta romántica y trágica historia algo propio. "De alguna manera no quise contar solamente la historia de Camila y Uladislao, sino también la de todas las mujeres que rodeaban a Camila y que dan un marco de época", explica. Fue así como dio vida a un abanico de complejos personajes femeninos. Entre otros, están: Ana de Perichon (Zenko), la revolucionaria abuela de Camila; la nana (Dixon), signada por la marginalidad que le daba su color; la madre, una mujer sumisa que intentaba cumplir con el rol que le imponía la época (Silva) y una Manuela Rosas (Sánchez Alleno) "atravesada por el deber ser de su padre".
En cuanto a las características que definen a su creación, el director asegura que la obra combina escenas trabajadas desde el teatro de texto y canciones que reflejan las reflexiones de los personajes o las relaciones entre ellos. "El desafío mío era contar un musical de otra manera. Estamos hablando de escenas de texto con canciones, pero no son escenas cantadas".
Pese a que pasó muchos años estudiando y trabajando su propia versión de la historia, habla de ella con el entusiasmo de quien recién la descubre y confiesa que, aún hoy, al escuchar las líneas de la carta final que Uladislao le escribió a Camila, no puede evitar emocionarse. "«Camila mía, acabo de saber que mueres conmigo. Ya que no hemos podido estar en esta tierra unidos, lo estaremos en el cielo, ante Dios. Te abraza... tu Gutiérrez»–recita el director–.La escuché tantas veces y me sigue emocionando."