La puesta argentina tuvo un toque local fuerte y contó con un staff con mucha gente conocida a través de los años: Ricardo Acosta, Carlos Avalos, Luis Vacantes, Mirta Busnelli, Cristina Bustamante (algunos dicen que esta señorita era la “muchacha ojos de papel” inmortalizada por Spinetta), Jorge Bustamante, Chango Bongo, Jorge Costa, Susana Debert, Regina Dosantos, Carola Cutaia, Raul Fernandez, Sussan Ferrer, Horacio Fontova, Jorge González, Juanco, Marcela de Laferrere, Valeria Lynch, Danile Laufer, Maby, Sergio Makaroff, Roberto Martinez, Julio Ocampo, Juan Carlos Ochipinti, Ruth Reisin, Rolo, Mara Suárez, Franca Tosato, Susana Migliore de Vega, Teddy Vega, Emilio Vigo y Rubén Rada.
Fue una astróloga la que determinó que el 07 de mayo de 1971 era la fecha ideal para que Hair se estrenara en Buenos Aires. No se trataba de cualquier obra. Hablamos del primer musical de rock que llevó al escenario, el 10 se septiembre de 1967, en el Biltmore Theater, la exaltación de lo que se vivía y se sentía por aquellos años en un mundo convulsionado. Eran los años de la Guerra de Vietnam, de la contracultura y de los movimientos estudiantiles.
"Dos mil hippies protestaban contra la Guerra de Vietnam. En medio de la marcha, los manifestantes hicieron una hoguera con sus libretas de enrolamiento, y bailaron frenéticamente mientras el humo y las llamas eran algo así como una ofrenda a los dioses del pacifismo. La policía intervino (…). Para hacerles frente, 700 hippies se desnudaron totalmente. Doscientos de ellos eran mujeres. Afortunadamente, era otoño en Nueva York. Dos jóvenes escritores, Gerome Ragni y James Rado, participaban en la manifestación. Los desnudos, la fogata, el otoño, todo eso, aparentemente, fue el factor catalítico que les impulsó a redactar un largo poema (…) lo escribieron en una noche. Así nació Hair, que quiere decir Pelo", narró Mario Massouh Elmir para la revista Semana Gráfica (la nota que publicó el 16 de abril de 1971) la gesta del musical, el mayor alegato antibélico, que se convirtió en un hito de la escena local.
"Hair es una rapsodia mágica, un mundo al que no se puede penetrar con preconceptos estéticos. Exige actores de espíritu virginal. Eso sí, deben creer en Dios y en el amor, porque la tribu cree en Dios y en el amor", confesaba en las páginas de Semana Gráfica Rubén Elena, el hombre de 25 años que abrazaba aquellas mismas ideas y que en 1970 consiguió en Nueva York que los autores de Hair le permitieran hacer la obra en Buenos Aires. Decidido en presentarla en suelo porteño, Elena mantuvo reuniones con Alejandro Romay , dueño de Canal 9 y el teatro Argentino, y con el productor Daniel Tinayre, quienes apoyaron el proyecto y aceptaron las exigencias del contrato, que por entonces señalaba que el elenco debía estar integrado por personas afines al movimiento