Gwenyth Evelyn Verdon (Culver City, 13 de enero de 1925 - Woodstock, 18 de octubre de 2000).
Bailarina, actriz y cantante vivaz y pelirroja, Verdon podÃa ser divertida o tierna, atrevida o seductora, según la música y el estado de ánimo.
Estudió baile con Ernest Belcher desde temprana edad, pero inicialmente siguió a su primer esposo al periodismo, reseñando pelÃculas y actuaciones en clubes nocturnos.
Después de ayudar al notable coreógrafo Jack Cole en "Magdalena" (1948), Verdon hizo su primera aparición en Broadway dos años después en "Alive and Kicking". Sin embargo, fue "Can-Can" de Cole Porter lo que la convirtió en una estrella en 1953.
Su emocionante actuación como la (muy) pateadora Claudine le valió un premio Tony, y ganó otros dos años más tarde por su interpretación de la hechizante Lola en "Damn Yankees" ("Two Lost Souls", "Whatever Lola Wants", "¿Who's Got the Pain?"), un espectáculo que fue brillantemente coreografiado por su futuro esposo, Bob Fosse.
Representó sus innovadoras secuencias de baile para la versión cinematográfica de 1958, para la cual, en lugar de elegir a una estrella ya establecida, Verdon fue invitada a repetir su papel de Broadway. A partir de entonces, Fosse coreografió y/o dirigió todos los espectáculos de Verdon.
En 1957 interpretó a Anna Christie en "New Girl in Town" ("Ven I Valse", "On the Farm", "It's Good to Be Alive", "If That Was Love"), una adaptación musical de Eugene O'Neill. 1921, y en esta ocasión compartió el Tony con su compañera de reparto Thelma Ritter, la primera vez que hubo un empate en el Tony.
En 1959, Verdon ganó por completo cuando protagonizó con Richard Kiley "Redhead".
Después de eso, el público de Broadway tuvo que esperar otros siete años antes de ver a Verdon en el escenario musical, pero la espera valió la pena.
En “Sweet Charity” (1966) interpretó a una anfitriona de salón de baile con un corazón de oro que anhela el matrimonio y las rosas alrededor de la puerta. Cy Coleman y Dorothy Fields le proporcionaron algunas canciones encantadoras, como "If My Friends Could See Me Now" y "There's Gotta Be Something Better Than This".
El último musical de Broadway de Verdon fue "Chicago" (1975), un deslumbrante asunto ambientado en los rugientes años 20, lleno de capos y Chita Rivera. Luego volvió una vez más al cine. Apareció en varios durante los años 50, incluyendo DAVID Y BATHEBA, EN LA RIVIERA, MEET ME AFTER THE SHOW, THE MERRY WIDOW, THE I DON'T CARE GIRL y THE FARMER TAKES A WIFE, asà como DAMN YANKEES.
En 1983, interpretó a una coreógrafa en la pelÃcula para televisión LEGS y tuvo varios otros buenos papeles en largometrajes de pantalla grande como THE COTTON CLUB, COCOON, NADINE, COCOON: THE RETURN y ALICE. En 1992 donó una cantidad sustancial de material que documentaba su propia carrera y la de su difunto esposo, Bob Fosse (murió en 1987), a la Biblioteca del Congreso. Un año después, Gwen Verdon recibió el Premio a la Trayectoria de Nuevos Dramaturgos de 1993 en una ceremonia en la que otras leyendas de Broadway como Richard Adler, Chita Rivera, Cy Coleman, John Kander y Fred Ebb se reunieron para rendir homenaje. Continuó siendo honrada a lo largo de los años 90, con el premio del Instituto de Teatro de Broadway a la Trayectoria en el Teatro, el Premio a la Trayectoria Julie Harris del Actors' Fund of America y la Medalla Nacional de las Art-
Verdon tuvo dos esposos, el reportero James Henaghan (entre 1942 y 1947) y Bob Fosse (entre 1960 y 1987, muerte de Fosse), también tuvo dos hijos, Jim Henaghan (1943) y Nicole Fosse (1963).
En 1971, Verdon presentó una separación legal (pero nunca divorcio) de Bob Fosse, por sus asuntos extramatrimoniales.
Verdon estaba junto a Fosse en el revival del musical Sweet Charity en 1987, protagonizado por Donna McKechnie en Washington, cuando Fosse sufrió un fatal ataque al corazón en las afueras del teatro y este falleció en sus brazos.
Verdon murió por causas naturales mientras dormÃa en la casa de su hija Nicole, en Woodstock (Vermont) a las 8 de la noche del 18 de octubre de 2000, a la edad de 75 años, y por primera vez en mucho tiempo, las luces de Broadway fueron apagadas para honrar a una de las más grandes estrellas de todos los tiempos.
