Grandes de nuestro Teatro Musical DEBORAH TURZA



Nación un 02 de Octubre

Primera Dama del Teatro Musical.

Actriz, cantante, coreógrafa y bailarina, comenzó su carrera a los 8 años como una niña prodigio para formar parte en el programa musical infantil Festilindo que fue furor en los 80´ y desde entonces ha recorrido los principales escenarios de todo el país.

“Por un lado fue maravillosa porque yo era muy feliz trabajando en la tele, grabando discos y yéndome de gira con mis amigos. Era famosa, me reconocían en la calle y firmaba autógrafos. Fue un privilegio poder foguearme sobre un escenario a esa edad y en un momento histórico-cultural tan importante para el país, como fue el del regreso de la democracia. Pero ahora, con los años, puedo decir que parte de todo aquello no estuvo bien, por ejemplo, que nos hicieran trabajar tanto y no nos pagaran nada”.


Se destacó en.las producciones de Sweet Charity, Rent, Cabaret, Jazz Swing Tap, Los Productores, Aplausos, Por Amor a Sandro, Amantes Odiosas, Y un día Nico se fue, El Violinista en el Tejado,  El Pasajero, Mamá esta mas chiquita, Un Mar Oculto, Bulebú, Zeide Shike, entre otras.

"La primera vez que me presenté a una audición fue en 1998, a la de La Bella y la Bestia, pero no quedé porque mi formación vocal distaba mucho de la que se necesita para trabajar en teatro musical, que es muy exigente. Seguí estudiando y luego llegué al final de las audiciones de Fiebre de sábado por la noche, pero tampoco se me dio. Entonces, como había ganado una beca para estudiar en el Broadway Dance Center de Nueva York, me fui a los Estados Unidos y me perfeccioné con todo. A mi regreso ya era una artista más consistente y ahí fue que me eligieron en 2001 para ser la viuda Fruma-Sarah en El violinista en el tejado, junto a Pepe Soriano. Ese fue mi primer título de Broadway y mi primer musical en la avenida Corrientes. Y a partir de ahí vinieron todos los otros musicales: Aplausos, Los productores, Sweet Charity, Cabaret, El pasajero, Rent, etcétera."

Nominada a los Premios ACE por su trabajo en Swing Time y Ganadora de Premios Hugo como Mejor Actuación Femenina en Music Hall 2022, 2019.





Sobre su actuación en el musical RENT, cuenta Turza

"Tuve la suerte de ser elegida para uno de los personajes protagonistas, el de Joanne Jefferson. ¿Pero qué pasó entonces? Dentro del teatro musical hay muchísimos estilos; el de Rent, como es una ópera rock, es muy exigido. Amerita una técnica vocal especial para no perjudicar las cuerdas vocales y mi personaje, originalmente, en los Estados Unidos, lo interpretaba una negra, o sea alguien con un instrumento distinto. Yo cantaba jazz y blues y tenía una cosa “anegrada” en la voz, pero es evidente que no soy negra. Todo estuvo bien hasta que en una función hice algo distinto de lo que venía haciendo y me provoqué un hematoma en las cuerdas vocales. Fue como si alguien me hubiera dado una piña, sin embargo seguí con la temporada. Hasta que un otorrinolaringólogo me obligó a parar, a hacer reposo, y fue la primera vez en mi vida que estuve 10 días enteros sin hablar. Luego, el hematoma se fue con fonoaudiología y regresé a la obra. Pero al final de la temporada, que se me superpuso con los ensayos para el reestreno de Amantes odiosas (con Laura Conforte y Romina Groppo), me sobreexigí y terminé como renga por la vida. Se me formó un pólipo y me tuve que operar. Más allá de la angustia que eso me provocó en un primer momento, después empezó un tiempo de renacimiento: pude volver a cantar con menos esfuerzo que antes e inicié un camino de autosuperación para entender por qué había llegado a ese punto de sobreexigencia. Y ahí llegué a la conclusión de que no había llegado a ese punto por Rent sino porque había empezado muy tempranamente, a los ocho años, en Festilindo".


Sobre la diferencia entre los musicales extranjeros y nacionales comenta

"Los musicales de Broadway, tipo tanques, vienen con una estructura que funciona de cierta manera, y si bien una acá le pone cierta impronta son obras grandes que vienen muy formateadas. En el caso de Los productores tuvimos a Chet Walker, que vino desde los Estados Unidos a co-coreografiar la obra con Ricky Pashkus, pero en el de Sweet Charity vinieron los dos repositores originales, Larry Raven y Steven Freeman, a dirigir la obra tanto actoral como musicalmente. Ellos tenían muy claro todo, así que el margen para crear era chico. En cambio, en Por amor a Sandro o Y un día Nico se fue, todos tuvimos la oportunidad de experimentar y el director y el coreógrafo creaban con lo que les proponíamos. No nos decían “esto es así” y punto, se podía dialogar y trabajar en conjunto. Además no es lo mismo crear un personaje que recrear uno que ya viene originado por otra intérprete y en otra latitud. Yo fui la primera Haydée de Por amor a Sandro y la primera madre de Osvaldo en Y un día Nico se fue, pero no la primera Helen de Sweet Charity. Hay otra diferencia más: los espectáculos de Broadway llegan a estrenarse después de mucho recorrido y de mucha búsqueda, primero hacen un workshop, luego salen de gira, donde prueban de todo, y recién al final pasan a Nueva York. Acá todo es un salto al vacío. Por ejemplo, cuando leí Mamá está más chiquita yo sentí que era una joyita y que quería estar, pero no tenía ninguna seguridad de cómo iba a funcionar, porque era algo nuevo, que nunca se había hecho. En fin, estrenar un musical argentino es un acto de fe. Pero también de muchísima creatividad. A mí me encanta tomar ese riesgo porque estos musicales hablan de nosotros, de nuestra cultura e idiosincrasia. Los musicales argentinos tienen esa yapa".