Crítica - COME FROM AWAY - Un musical perfecto para disfrutar en estos tiempos *****Excelente


La magia del hecho teatral tiene momentos sorprendentes y COME FROM AWAY es un ejemplo de eso.

Basada en un hecho real, esta historia convertida en musical, nos lleva al fatídico 11 de Septiembre de 2001, el día de los atentados a las torres gemelas de New York, pero lejos de lo que pudieramos suponer, no ahonda en el tema del atentado, la catástrofe, los muertos o la inseguridad producida en la población americana, sino que al contrario, es un canto a la generosidad del ser humano.

La acción nos lleva lejos de la tragedia, a Canadá, al municipio de Gander, Terranova, donde al cerrar el espacio aéreo americano, se desviaron 38 aviones con más de 6.500 pasajeros de distintas procedencias y nacionalidades, que fueron acogidos por aquella diminuta población que vio duplicar el número de habitantes de su ciudad, haciéndoles sentir que hay algo que une a los humanos más allá de sus creencias, idiomas o nacionalidades y que a algunos de ellos les cambió la vida para siempre.

Tomando como base muchas entrevistas hechas a los miles de pasajeros que aterrizaron en Gander y otros pueblos cercanos, el matrimonio canadiense Irene Sankoff y David Hein crearon este musical original de un solo acto, con una duración de una hora y cuarenta y cinco minutos, para el que compusieron varias canciones en las que predomina el aire celta y el uso del violín, que están muy bien integradas en la acción de esta obra coral, que precisa de un buen número de intérpretes en los que todos juegan un papel importante.

El estreno del musical tuvo lugar el 29 de Mayo de 2016 en La Jolla Playhouse de California, en Estados Unidos, con tal éxito que la obligó a prorrogar su estancia en dicho teatro, antes de pasar en Septiembre de 2016 al Ford's Theatre de Washington con llenos diarios, de donde acudió para dar dos conciertos benéficos en Gander, el pueblo donde ocurrió el hecho que narra el musical y de allí pasar al Royal Alexandra Theatre de Toronto, antes de aterrizar en el Gerald Schoenfeld Theatre de Broadway donde se estrenó el 12 de Marzo de 2017.

Llama la atención la sencillez de la propuesta con un único decorado tras los que están los ocho músicos que componen la banda y una plataforma giratoria que permite dar una perspectiva diferente en las escenas que los actores deben cambiar de emplazamiento, algunas mesas y sillas para un grupo de 15 actores que se multiplican en diferentes personajes para contar todas las escenas preparadas en la trama.

La mayoría de los números musicales son corales y con mucha fuerza desde el "Welcome to the rock" del inicio con los actores derrochando ganas y energía, pero también hay espacio para otros números más íntimos como el de "Me and the sky" o "I'm here" y no faltan las historias o momentos de gran comicidad que ayudan a mantener la conexión con el público que se ve muy identificado con esos personajes anónimos de gran corazón que hay en escena.

La puesta argentina tiene el sello de Stage Company. Productora a la que hay que reconocerle primeramente sus aciertos en la composición de sus elencos, sin ninguna necesidad de convocar a figuras descolgadas para lograr un efecto comercial. Solo talentos, solo artistas como en el inolvidable Shrek, El Musical del 2015 que en este 2022 regresó a escena.

Acierto además en la puesta genuina, conmovedora, entrañable, emocionada, milimetrada y perfecta del equipo dirigido por Carla Calabrese, que además se permite ser parte del elenco, la dirección sobre el escenario dá una impronta destacada al producto.

Sobre el escenario un elenco entregado al musical, sin escatimar nada, concentración pura, de otra forma sería imposible amalgamar esta historia sentida. 

Un error de sincronzación sería faltal, porque todo esta hilado al segundo, uno tras del otro arman la historia compleja, que sus autores hicieron con inspiración en un formato original y auténtico en el que uno se pregunta como pudieron hacerlo, como pudieron lograr cuando hay texto y música pero no canción, que eso que se dice se sienta musical, como pudieron lograr contar una historia tan dramática de nuestro historia en 105 minutos de esperanzas, de amor y solidaridad. Un logrado imposible.  

Gabriela Bevacqua, Carla Calabrese, Sebastián Holz, Melania Lenoir, Sebastián Holz, Melania Lenoir, Fernando Margenet, Argentino Molinuevo, Edgardo Moreina, Silvina Nieto, Marisol Otero, Agustín Pérez Costa, Pablo Sultani, Federico Couts, Silvana Tomé, Manu Victoria, Lali Vidal y Patricio Witis construyen juntos esta experiencia inolvidable, No pudo haber mejor elección, no se pudo convocar mas ganas, energía y grandes artistas,

Mención especial para Edgardo Moreira, su alcalde es de suprema calidad. Para mi entender gran revelación de un gran actor en musical. Sorpresas gratas que dá el teatro.

Destaque además para su director vocal, Sebasián Mazzoni por un trabajo que exige, como en muy pocos musicales, su permanente presencia durante toda la obra. Con exigente partituras corales que Mazzoni concreta de manera impecable,

La energía que Agustín Pérez Costa, en la dirección coreográfica, produce en la performance de sus coreografías y en el elenco llegan profundamente a la platea del Maipo,

La adaptación del libro fue un trabajo conjunto entre Carla Calabrese y Marcelo Kotliar (Ganador de varios Premios Hugo en esta tarea), quienes lograron que este musical sea cercano para todos.

La banda dirigida por el increíble maestro Santiago Rosso completa esta experiencia Broadway que Stage Manager ofrece siempre al público con calidad, respeto y entrega de obras que quedarán en nuestro consciente a través de los años.

La Humanidad puede salvarse y ser mejores siempre...hay oportunidades, COME FROM AWAY nos enseña que un mundo mas humano es posible y para estos tiempos no hay mejor enseñanza ni aprendizaje que el teatro siempre nos regala.

Daniel Falcone

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