Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de Marina Esther Traverso, más conocida como Niní Marshall. Actriz, guionista y comediante, fue creadora de personajes inolvidables. Se animó al lunfardo y selló un lenguaje propio.
“Mi vida es la de una señora de su casa que se hizo la graciosa”, expresaba Niní Marshall, hija de Pedro Traveso y María Ángela Pérez, inmigrantes asturianos. Había nacido el 1 de junio de 1903. Lo que nadie sabía es que la pequeña Marina Esther Traverso, su verdadero nombre, se convertiría en una parte importante de la historia del cine argentino.
Desde los cuatro años demostró su interés por la actuación y a los cinco hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires. En su niñez estudió danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano, e idiomas como francés, alemán e inglés. Lideró Los Arribeños del Norte, una pandilla de niños que representaba pequeñas obras teatrales en el sótano de la casa de un tío.
Vivienda de la calle Defensa 219, en la que vivió Nini durante su infancia. Actualmente es sede del Museo de la Ciudad.
De Mitzy e Yvonne D’Arcy a Niní Marshall
Antes de llegar a ser Niní Marshall, por los años 30, fue Mitzy, una crítica de programas en la revista Sintonía; e Yvonne D' Arcy, cancionista internacional, en una serie de programas radiales.
Su apodo "Niní" surge de "Marinina", el nombre con el que su familia la llamaba de pequeña. Su apellido une la primera sílaba del nombre y el apellido de su marido (Marcelo Salcedo) al que se le agregó una «h» y una «l» formando Marshall.
Nini Marshall - Juan Carlos Thorry
Sus dotes para la comedia la llevaron a participar como actriz y formar un dúo cómico con el actor Juan Carlos Thorry. Su popularidad fue en aumento y se convirtió en actriz protagónica y guionista en la película Mujeres que trabajan (1938), comenzando así su imparable carrera cinematográfica.
Sus personajes
Minuciosa observadora de la realidad creó personajes reflejos de la inmigración europea del siglo XXI que mostraban, un tanto exageradas, características de las distintas clases sociales.
Catita, una mujer típica de conventillo proveniente de una familia italiana, nace en 1937 a partir de la dupla con Juan Carlos Thorry en Radio El Mundo. Saludaba con su particular "As noche Thorry. As noches muchachos", "Catalina Pizzafrola, a sus pieses… Desde hoy, una amiga más", iniciando un repertorio de audacias idiomáticas que se convirtió en un éxito arrollador. La voz fue el gran instrumento de Niní. Reconstruía el habla del barrio, reescribiendo la descendiente de inmigrantes italianos con una dosis de cholulismo, ingenuidad y malicia. Entre la voz y el cuerpo Catita lograba un tono inconfundible, característico, un intercambio permanente con el público.
Cándida Loureiro Ramallada, una empleada doméstica gallega que se expresaba de manera errónea, fue creada por Niní en el año 1934 para el programa “El chalet de Pipita” en Radio Municipal. La conductora vislumbró sus dotes para la comedia y le ofreció interpretar a una mucama. El personaje fue llevado al cine en los films Cándida (1939), Los celos de Cándida (1940) y Cándida millonaria (1941). Cándida aglutinó los sueños, penuria, deseos y tristezas de los inmigrantes.
Muchos otros personajes fueron creados por Niní como Doña Pola, estereotipo de la colectividad judia; Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón, típica mujer de clase alta y superficial; Niña Jovita, una solterona pasada de moda; Gladys Minerva Pedantoni, la alumna más aplicada de la clase; Doña Caterina, la abuela italiana de Catita que hablaba en cocoliche, Don Cosme, un italiano de voz ronca, Lupe, una joven sufrida y maltratada por su esposo, Belarmina Cueio, una joven provinciana y empleada doméstica de la Niña Jovita, Loli, una actriz y cupletista pasada de moda, Mingo, el hermano travieso de Catita y Bárbara Mc Adam, una mujer refinada y extravagante estereotipo de la clase alta mexicana.
Niní explicaba: “Creo mis personajes observando a la gente, prestando atención a los pequeños defectos que pueden causar risa. Voy a la peluquería y paro la oreja para ver que hablan los clientes. Las mujeres están en los secadores y deben gritar para escucharse. A gritos cuentan la vida y milagros de todo el barrio. Yo caricaturizo lo que allí se dice. En los transportes públicos me pongo los anteojos negros y doy una vuelta para escuchar a la gente. Parece mentira lo indiscretos que son. Otra fuente muy jugosa es la placita Vicente López frente a mi casa; ahí espío a las mucamitas con sus novios y obtengo expresiones, dichos y situaciones que causan gracia”.
Catita prohibida por “deformar el idioma”
A partir de la Revolución del 43 se creó el Consejo Superior de las Transmisiones Radiotelefónicas. La primera resolución fue presentar una lista de palabras y locuciones mal empleadas en el lenguaje corriente que debían «proscribirse de la radiofonía». Niní, al finalizar uno de sus programas en Radio Splendid, se despidió diciendo: "Hasta el viernes... si nos dejan". No pudo volver a presentarse en radio. Recibió un comunicado que expresaba que la prohibición había sido llevada a cabo "porque sus personajes deformaban el idioma al pueblo argentino, que no tiene capacidad de discernir".
La voz de Catita pierde su ambiente por excelencia, la radio. Continúa en el cine pero, aunque Niní tenía control sobre sus parlamentos, los libretos de las películas nunca tradujeron el tipo de humor radial que caracterizó a Catita.
Radio, cine, teatro y televisión
50 años de carrera profesional marcaron su trayectoria. Radio, teatro, cine y televisión. Intervino en 38 películas, mayormente comedias (28 en Argentina, 9 en México y 1 en España).
Filmografía:
Argentina
Algunas de sus películas argentinas más emblemáticas son
Mujeres que trabajan (1938), Cándida (1939), Hay que educar a Niní (1940), Yo quiero ser bataclana (1941), Orquesta de señoritas (1941), Cándida, la mujer del año (1943), Carmen (1943), Buenos Aires canta (1947), Catita es una dama (1956), Cleopatra era Cándida (1964), Ya tiene comisario el pueblo (1967), La novela de un joven pobre (1968), ¡Qué linda es mi familia! (1980).
"Hay que educar a Nini"- Nini Marshall. Mirtha y Silvia Legrand
México
En los años de su exilio en México participó de los films
Una gallega en México (1949), Una gallega baila mambo (1950), La alegre casada (1950), Mi campeón (1951), Los enredos de una gallega (1951), Amor de locura (1952), Reportaje (1953), Dios los cría (1953), Una gallega en La Habana (1955).
España
Yo no soy la Mata-Hari (1949)
María Elena Walsh la definió como "Nuestra Cervanta” porque "solo un prodigioso dominio del idioma le permitió a Niní descalabrarlo, travestirlo y lanzarlo a las efímeras ondas del éter"
Al cumplir 90 años expresó “La vida me ha dado muchas cosas, sobre todo el amor de la gente que es lo que yo más agradezco. Lo dije y lo diré hasta el cansancio: Mi vida no es más que la de una señora de su casa que se hizo la graciosa. Así quiero que me sientan y así quiero que me recuerden”.
La última aparición pública de Marshall ocurrió en diciembre de 1995 cuando, visiblemente débil y frágil, asistió al Teatro Nacional Cervantes para acompañar a su amiga Libertad Lamarque en el homenaje que le brindó la entonces Secretaría de Cultura de la Nación
Niní murió el 18 de marzo de 1996, a los 92 años. Fue apodada por sus contemporáneos como "la dama del humor" y "la Chaplin con faldas". Sin dudas, marcó a todo una generación que, aún hoy, la continúan celebrando.