Crítica - “3003, el futuro es hoy” de Alejandra Rubio - ***Buena

 



2020 fue en los hechos un año de dolor y toma de conciencia; en el 2021 ese mensaje está llegando al teatro. “3003, el futuro es hoy” es un musical dinámico cargado de buenos deseos. 

Un grupo de amigos y actores se reúne para ensayar una obra teatral. Están todos muy entusiasmados porque, a pesar de la adversidad en época de pandemia, van a estrenar un proyecto gestado desde la amistad que los une. Y así como en el mundo hay conflictos, en el ensayo también.

El texto de Alejandra Rubio (“Instrucciones para enseñarle a volar a mi elefante rosa”, “El viaje”, “Up”), quien también es la encargada de la puesta, recurre al recurso siempre atractivo del metateatro / el teatro hablando del teatro; y es así que el espectador tiene la oportunidad de ejercer una suerte de vouyerismo casi furtivo al poder ver la intimidad de cómo se arma una obra  y espiar a los actores sin sus respectivas máscaras. La dramaturgia cuenta correctamente ambas historias: la de los hermanos en el 2020 visitados por los agentes del 3003 que creían que iban al 10587, y la del ensayo general donde todo no sale tan bien como se desea. Buena pluma, las historias se entremezclan, van y vienen y todo cierra de manera creíble.

El elenco de jóvenes artistas es potente. Bruno Coccia (“Kinky boots”- “Up”) actúa, canta y tiene una presencia escénica importante. María José Chicar, como si fuera poco, además baila muy bien; junto con Coccia forman una dupla interesante y resultan absolutamente orgánicos y creíbles sus vínculos de hermanos en la ficción y compañeros de teatro en el ensayo. Gonzalo Gravano compone un pequeño divo hilarante y aporta mucho humor. Melisa Perelmuter juega, disfruta y contagia energía. Los cuatro intérpretes se deslizan muy bien por la alegría de las coreografías de María Sol Villalobos.

Hernán Matorra (multipremiado músico y compositor, actualmente realizando la dirección musical de “Casi normales”) es el encargado de la música; su talento siempre es un plus para cualquier proyecto y sus melodías se disfrutan en cada interpretación.

Una escenografía simple y casi no utilizada (rampa, escalera, un par de estructuras metálicas, un soporte elástico); no suma mucho. Luces en gamas de rojos y azules jugando con efectos de humo resultan efectivas. Un acierto importante son las imágenes que se proyectan al fondo del escenario, bien por los audiovisuales de Martín Ezequiel Maldonado. Al resto de la parte técnica le falta un poco.

“3003, el futuro es hoy” es un espectáculo bien escrito, dirigido e interpretado. Uno de sus protagonistas se pregunta: “¿Se entenderá el mensaje?”. La banda sonora le responde: “El mundo grita un socorro intermitente, sólo unidos nos podemos ayudar”. Se entiende claro. Ojalá se escuche y se ejecute.

Juan Fassi