MINIREPO: LEANDRO ANRIQUEZ, ESTRENA BROCHERO

MB – Estrenas “BROCHERO”.  Contános del musical.

El musical plantea un encuentro de dos cosmovisiones. Por un lado un periodista atraído por las historias que circulaban en Buenos Aires a cerca del cura Brochero y por el otro la realidad de Villa del Tránsito (un pueblo detrás de las Sierras de Córdoba). Los famosos relatos de un cura sanando las almas de “asesinos y ladrones” hacen posible que se encuentren lógicas, ritmos, costumbres y  formas distintas de pensar. No es simplemente un relato de buenas acciones. Es una invitación a repensar sobre la solidaridad y la vida con el otro.

Pienso que es una hermosa historia escrita por Joaquín Stringa, bajo la cuidadosa mirada y dirección de Ricardo Bangueses que encuentra su voz cantante por medio del enorme talento de Mariano Taccagni.

Los que vengan no solo se van a  cruzar con un buen texto sino con música original en vivo (de Maxi Larghi y Hernán Matorra), coreografías de Ariel Juin, vestuario de Javier Laureiro.

MB – ¿Cómo llegaste al proyecto?

Mi llegada fue por medio de una convocatoria abierta. Me presenté un domingo junto a un montón de inscriptos y amigos y luego de tres etapas en las que tuvimos que hacer un fragmento de una coreografía bajo el ojo de Ariel Juin, e interpretar nuestras canciones, fui seleccionado junto a mis compañeros de elenco. Sinceramente sentí un enorme placer de haber recibido esa noticia y poder tener la posibilidad de seguir creciendo. 

MB – ¿Cómo es tu personaje?

Somos un grupo de tres varones y tres mujeres que vamos acompañando y contextualizando este encuentro. Si bien me toca representar a uno de los gauchos que estaba con el famoso Gaucho Seco, zapateando  y usando boleadoras,  voy contando junto a mis talentosos compañeros (Matías Acosta, Marina Gaud Arena, Hernán Cuevas, Ignacio Medrano, Luciana Sapia,  Fanco Zamorano y Natalia Mouras) la mirada de los habitantes del pueblo. Damos voz a las huellas del Cura Brochero, con muy lindas melodías.

MB – ¿Cómo encarás tu carrera?

Mi carrera comenzó cuando decidí tomar clases de teatro. Mi familia me envió con Juan Carlos Thorry en San Antonio de Padua, donde estudié por varios años y descubrí en el escenario mi espacio de elección y predilección. Luego de terminada mi carrera universitaria retomé ese impulso y comencé con clases de canto con la cantante lírica Rocío Giordano (quien ahora interpreta Agripina en el Teatro Picadero). Pero fundamentalmente fue después de una gira que hicimos por Italia durante un mes con un ballet de tango y folklore donde puse todo mi esfuerzo en intentar profesionalizar cada vez más mi rumbo. Entendí progresivamente que era fundamental una formación sólida e intensiva en cada área para ampliar mi perfil artístico, por lo que continué mi preparación actoral con Matías Gandolfo y Dora Baret, y en danza con Alejandro Ibarra.

A principios de este año tuve la hermosa sorpresa de haber sido convocado para una audición en Barcelona para la productora Stage Entertaiment que iba a montar la producción del Hombre de la Mancha y si bien finalmente quede en el camino, fue una experiencia fabulosa que me dio la pauta que tenemos buen material para «competir» y  nuestra formación no está alejada de ese camino. Así que volveremos a repetir el intento.

MB – ¿Cómo comenzó tu vocación?

Mi vocación estuvo siempre latente desde chico pero tuvo su punto clave en mi constante insistencia a mi familia por ser enviado a estudiar teatro.  Siempre encontré en el escenario un espacio de comodidad y por sobretodo un lugar de placer. Progresivamente al ir pisando escenarios fui confirmando esta sensación por lo que elijo este camino.

MB – ¿Qué artistas marcaron tu carrera?

A nivel internacional Broadway y Disney fueron los responsables de mi gran interés por el género.  Aaron Tivet, Jeremy Jordan, Ramin Karimloo tienen mi profunda admiración.

Y a nivel nacional (si bien esta en España es argentino) Gerónimo Rauch, Omar Calicchio y en interpretación y calidad vocal Julia Zenko.

MB – ¿Cuáles son tus objetivos?

Mis objetivos son continuar creciendo y formándome. Seguir audicionando a nivel local e internacional ya que se aprende muchísimo en estos procesos, no perdiendo de eje que el escenario (sea donde sea) es mi lugar de felicidad.

MB – ¿Qué les dirías a los jóvenes que quieren hacer una carrera en el teatro musical en Argentina?

Les diría que es imprescindible tomar con responsabilidad la formación artística. Como me decía un director, el escenario es un espacio sagrado y merece tener respeto, cuidado y dedicación. Puede no ser el sector más lucrativo, pero es un espacio de gran riqueza ya que en él se da lugar a la creación modificando tanto a actores /intérpretes como espectadores por igual.